Caminaba cerca de un túnel y quise bajar a donde la gente se siente invisible,el hogar de los vagabundos.Allí encontré a un hombre con una historia,como tantos que puedes encontrar viviendo en la calle,sus historias siempre son parecidas,eran como tú o como yo,hasta que la suerte les dejó de sonreir y la vida les dio la espalda,porque tal y como dijo hacía tiempo que había dejado de vivir.
Tras una conversación me sorprendió lo que me decía,sin quererlo llegue a preguntar si esa vida le gustaba,el solo me respondió,"Claro,es tranquila",mas yo sabía que no era feliz cuando miraba a un pequeño joyero,que al abrirlo desprendía una música.Inocente de mi una vez más pregunte quien le había regalado tal cosa,pues solo poseía una manta y esa caja musical,y él se limitó a responder " Una persona a la que decía yo te quiero".
Salí de aquel tunél sabiendo que ya puede dejarte de lado la suerte, e ignorarte la vida,ya puedes darle la espalda a la sociedad igual que ella te la dio a ti,que jamás dejarás de amar las cosas importantes, y al final de todo solo quedarán las melodías.
3 comentarios:
Siempre queda el detalle que en realidad es lo más importante.
Mientras amemos esas cosas nunca moriremos ni de frío ni de hambre.
Un beso :*
Me encantó, Erik. Sigue así ^^!
al final quedan los recuerdos
que siempre llevan una melodia!
me ha gustado mucho :DD
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