Mientras él salía de casa, ella se coló dentro de su cabeza, se puso cómoda, puso algo de música mientras encendía un pitillo, y él sintió un escalofrío en la columna, tarareaba las estrofas de aquella canción, mientras ella en su cabeza fumaba. Fumaba, escuchaba música y tal vez bebía, eso explicaría que él se sintiera tan ebrio, tan efusivo sin razón alguna. Cuando ella terminó de escuchar música y de relajarse, simplemente se marchó, y él no volvió a sentir nada parecido.
1 comentario:
me acabo de enamorar de este trocito de tus historias *-*
Publicar un comentario