-Mira, he escrito otra canción triste.
-¿Otra? ¿Otra más? ¿Crees que es otra canción triste lo que el mundo necesita?
-¿Qué importa lo que el mundo necesite? Las hago por mí, para mí, y a veces incluso por tu culpa.
-¿Y necesitas otra canción triste?
-Las cosas cambian todo el rato, ya sabes lo triste que me pone que las cosas cambien, el hacer la maleta aunque no sea físicamente esta vez, sino mental. El guardar recuerdos en cajas, sentimientos en mochilas, no poder o no saber hasta cuándo van a ser usados, o cuándo me van a hacer falta. Y cuando estoy triste, ya lo sabes, mis dedos también lo están y tocan los acordes más tenues que conocen, así que si, a veces, necesito escribir otra canción triste.
-¿De qué hablas en esta?
-De lo de siempre, yo siendo otro, yo intentando volver a ser yo. Yo, yo, yo y tú. De las veces que uno se equivoca, de un chico que escribe otra canción melancólica con un par de notas tristes. De lo extraño y molesto que es estar en sintonía con uno mismo y saber exactamente si es feliz o no. De no poder hacernos los imbéciles ante eso.
-¿Puedes hablar de todo eso en una canción? ¿Y de mí?
-Siempre hay un 'de ti' en todo lo que escribo, en realidad ahora también hay un 'de ti', porque hablo con alguien que no existe, esta es una conversación ficticia, con un alguien que es nadie, y a la vez es muchas otras. No eres nadie concreto, como cuando hago esas canciones, escribo de ti siendo yo, y de mí siendo nadie, tuerzo las palabras hasta que sale todo sin que tenga que derramar una lágrima, eso solo lo hace un folio, algo para escribir, las cuerdas de una guitarra, incluso este cuadrito de texto donde escribo.
-¿Y Existir duele?
-A veces, pero anda, acabemos de hablar y así te toco la canción, y no me llores.
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