martes, 12 de junio de 2012

R-ealidad.

Yo no existía hasta que me dibujó con sus dedos, y conmigo aparecieron mis miedos. Siguió dándome forma y me sentí querido, si le dedicaba tanto tiempo a algo, debía ser hermoso, y ese sentimiento era más fuerte que todos mis miedos juntos, y cerré los ojos. En ese momento entre tanta oscuridad, no sabía si soñaba o estaba despierto, pero fuera lo que fuera no quería que terminara. Aún así volví a abrir los ojos y ahí estaba su mirada. Por una mirada así merecía la pena ir sobreviviendo. ¿Qué importaba cuanto durase aquello? A veces llueve durante días y luego el cielo se abre y deja entrever el sol. Puede que unos minutos, unos segundos, pero ocurre y es tangible, así que un sueño es realidad durante todo lo que el sueño dura.

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