Aquí la pena es diferente, no llega a construirse. Siempre una inédita esperanza salta de su falda a mis hombros antes de que lo haga una lágrima. He aprendido con ella que los días son hermosos tanto al sol como a la sombra. Con una sonrisa como la suya vale la pena ir sobreviviendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario