El asesino se encuentra terminando con los problemas de Jean cuando de repente se percata de la ráfaga de criticas de Elisa, aunque es rápido de movimientos, el desaliento consigue rozar su piel, es un veterano en temas como este y sabe que quedarse en su cobijo sin hacer nada no es bueno, tiene que mover pieza para el próximo movimiento.
Jean, se encuentra en el suelo de esa gasolinera observando el cadáver de su problema mientras las balas siguen silbando y destrozando alrededor de él. Sabe que lo que acaban de hacer por él es enseñarle como ha de enfrentarse a las cosas, y también sabe que ha de devolver el favor.
Marcos camina adelante por esa desolada calle, es curioso como tras una emboscada de este tipo, no suele quedar nadie para auxiliarte. Dejando atrás la gasolinera aparece ante él la artífice de este desastre.
Elisa apunta a Marcos sujetando su pesado rifle,en cambio Marcos esta desarmado, Elisa sabe que algo va mal, y que por muy seguro que este de sí mismo su adversario no iba a exponerse a ella así como así. De todas formas, quita el seguro del arma y por un momento Marcos oye todas las voces que salen del cañón del arma, sabe que cada una de ellas sentencia una parte de él, una parte de cómo es, de cómo se expresa, de lo que significa. Pero también sabe que no durará, que la gente como Elisa viene y va, pero nunca permanece, sobre todo cuando Jean se sitúa detrás de ella y con su
Las voces callan mientras las balas tocan la espalda de la tiradora, aunque en los últimos pensamientos de ella, sabe que duele mas la ausencia y la distancia que siente, a las balas que se hunden en su piel: “ Es triste darse cuenta que echas de menos a alguien, cuando es a ti a la que van a echar de menos”.
Mientras Jean devuelve el favor a nuestro asesino,y también se da cuenta que es la hora de acabar con una vida de robos por capricho y misiones arriesgadas.
Para Marcos tan solo es un día más.
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