domingo, 4 de marzo de 2012

Tu peor enemigo.


Dicen que es libre. Dicen que está curado. Cómo a un hombre de ciencia como yo puede costarle tanto creer que la medicina moderna puede curar la locura. Lo he visto miles de veces, es un camino de un solo sentido, una transformación irreversible, un proceso degenerativo. No solo lo he visto, para perseguir a tipos como él, he tenido que seguir sus pasos y pisar por donde pisa. No puedes mirar a los ojos a la demencia sin que te devuelva la mirada. Y este es el punto importante, el Joker no solo ha mirado a los ojos a la locura, ha bailado con ella, la ha hecho suya, no puede vivir en libertad porque tiene mucho por lo que pagar aún.

Principios, los principios que me marqué me han impedido acabar con los problemas, convertirme en una sombra no ha funcionado, ser un guardián silencioso no da resultados. Principios, estoy cansado de tanto principio, estoy buscando el final, busco la redención. ¿Cuánto me he empezado a parecer a las personas con las que lucho?¿cuánto descendí que me es imposible ascender de nuevo? Esta noche es la noche, voy a averiguar si soy capaz de terminar lo empezado, si soy capaz de acabar con los monstruos que he creado. Después de tanto tiempo en esta guerra, solo queda él, y su risa, esa risa que me persigue.

Sigo al Joker hasta un apartamento de los suburbios, sin guardaespaldas, sin matones, sin nadie en casa, cualquiera diría que es posible que haya cambiado. Lo noto nervioso, quizás sabe que lo sigo, es imposible que me haya visto, si no supiese que no tiene, diría que los remordimientos no lo dejan vivir en paz.
Lo espero en el baño, mientras él se hace la cena en una cocina cochambrosa. Me tiemblan las manos, no me veo capaz de hacerlo. Entra al baño, echa una meada, se mira al espejo y entonces me ve, no dice nada, solo sonríe, está temblando como yo, me mira a los ojos, y clava la mirada un poco más adentro, está dentro de mi cabeza, puedo escuchar su risa, se ríe porque sabe que todo está terminando, todavía no era totalmente libre, no se puede ser libre si te falta una mitad. Frente a frente, somos uno, abre el armario del baño y toma un bote de pastillas, sigue sonriendo y yo puedo oír más alto su risa, no voy a detenerlo, quiero que esto acabe, que la locura pare, que el telón baje entre risas.


A primera hora de la mañana hay un equipo forense en un apartamento de los suburbios, han pedido que venga al piso la Dra. Queen, uno de sus pacientes más antiguos y puesto en libertad hacía solo una semana yacía muerto en el baño. La doctora no podía explicárselo, después de años de terapia estos últimos meses parecía totalmente curado y ahora está sobre las baldosas del baño cubierto de maquillaje de payaso y una capa anudada al cuello. Una escena de lo más retorcida. Intenta explicarle al equipo forense la historia médica de este paciente tan peculiar. Siendo solo un niño vió morir a sus padres, se obsesionó tanto que creó una personalidad que fuese capaz de encontrar al asesino, poniéndole así nombre a su miedo, Batman. La dificultad de ser un joven queriendo cazar a alguien que no encontraba le llevó también a crear al monstruo, a facilitarle la tarea, creando al culpable surgió el payaso, la risa nerviosa, la culpa, la expresión más auténtica de su locura. La doctora puede sentir el peso del fracaso, está viendo años de esfuerzo y de lucha inertes en el suelo. Aún recuerda que en sus últimos momentos de lucidez, cuando el Joker no la acosaba como un tipo perverso y autodestructivo, y cuando Batman no lo atormentaba desde las sombras, llegó a querer curarse, realmente quería dejar de ser un duo tan difícil de llevar, recuerda las veces que en las sesiones repetía "No puedo seguir poniendo a mal tiempo dos caras".

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ahora mismo lo único que se me ocurre decir es: cabronazo. Muy bueno.

Haridian dijo...

¿Cómo es posible que a Omar y a ti se les ocurran estas cosas? Me guuuusta.